Guerra Mundial cibernética
La nueva Guerra Mundial ya está en marcha y se libra en Internet. Es la guerra de la información falsa, la guerra de la intoxicación, la guerra de los virus informáticos y de la desestabilización política. Una contienda invisible pero que puede tener un efecto devastador en las sociedades que las padecen, ya que la transmisión de consignas populistas es uno de sus efectos más nocivos, amén del robo de información sensible o la inseguridad para empresas y ciudadanos. Además, dada la deslocalización de los agresores resulta difícil de prever y más difícil aún de atajar. El golpe de Estado independentista en Cataluña ha convertido España en un foco de importancia capital.
Países como Rusia, China o Corea del Norte, interesados en desestabilizar la cohesión de la Unión Europea para atacar así su economía y poder prevalecer sobre ella, están al acecho de posibles deficiencias en nuestros sistemas de lucha cibernética. Así lo ha advertido el propio Centro Nacional de Inteligencia (CNI). La Casa admite ciberataques extranjeros «especialmente dirigidos» a industrias de Defensa. Esos ataques tienen como objetivo el robo de diseños, patentes y documentos. Tanto para evitar como para combatir este tipo de agresiones será fundamental la labor del Centro Criptológico Nacional (CCN), institución adscrita al CNI y que se encarga de garantizar la seguridad de las Tecnologías de la Información en los diferentes organismos del Estado.
Internet se ha convertido en una auténtica guarida del lobo para agresores externos y ciberterroristas. Consciente de ello y con la vista puesta también en las actividades informáticas del Estado Islámico, el Gobierno ha invertido en la modernización contra los métodos de la denominada «guerra híbrida». No obstante, éste es sólo el inicio de unas acciones que no se cobran vidas humanas pero que, igualmente, pueden dejar devastado un país. Tal es la gravedad que la propia Unión Europea dará asistencia militar a los Estados que sufran ciberataques o agresiones en las redes. La sima abierta por los golpistas en Cataluña nos sitúa en el centro de la diana geopolítica. Aunque es difícil de anticipar, en la detección está el triunfo. Es momento de protegerse bien, la guerra ya ha empezado y los enemigos atacan desde todos los rincones del mundo.